Los beneficios del color en los espacios interiores.
El color al ser energía electromagnética actúa directamente sobre nuestro metabolismo, específicamente sobre la hipófisis, que es la glándula más importante del sistema endocrino, el encargado de regular ciertas hormonas que controlan muchas de las acciones que realizamos a diario, como comer o dormir, y sobre ciertos aspectos de nuestra conducta.
El sistema endocrino responde a los estímulos liberando estas hormonas, y el color es uno de esos estímulos que al actuar sobre el sistema endocrino produce los efectos fisiológicos de los colores.
Esta es la razón por la que ciertos colores son utilizados en marketing para influenciar el comportamiento del consumidor, como por ejemplo:
El color rojo para la comida rápida, porque el rojo aumenta el apetito y nos hace comer de forma compulsiva, sin reflexionar.
En Europa, McDonald’s ha modificado con el paso de los años su paleta de colores, para adaptarse al mercado y alejarse de la imagen de comida chatarra, y ahora utiliza colores más asociados a lo natural, por eso ha reemplazado el rojo por el verde:
Es el mismo efecto que produce el rojo utilizado para anunciar las rebajas, ya que estos anuncios, van dirigidos a personas que suelen comprar de forma compulsiva y que reaccionan al estímulo de urgencia.
El color azul y el violeta para las cajas de somníferos, puesto que estos dos colores favorecen el descanso, facilitando la conciliación del sueño.
El azul es un color que puede liberar hormonas tranquilizantes en nuestro cuerpo, por eso se aconseja sobretodo en los dormitorios o en los espacios destinados al descanso.
El color ejerce una influencia real sobre nuestro cuerpo y nuestras emociones, por eso si aplicamos la psicología del color en nuestras casas, o en nuestro lugar de trabajo, nuestro bienestar aumentará considerablemente.
Con la aplicación adecuada de la teoría y la psicología del color en interiores, podemos:
· Ayudar a personas que padecen de estrés o ansiedad: al actuar sobre nuestro sistema endocrino, ciertos colores como el verde, equilibran determinados aspectos de nuestra conducta.
· Levantar el ánimo de personas que sufren depresión: determinados colores como el amarillo, tienen la facultad de aportar energía e insuflar optimismo, reduciendo de esta forma los pensamientos negativos.
· Tranquilizar a niños hiperactivos: la intensidad de un color y su grado de luminosidad, al igual que la música, pueden tener un impacto directo sobre la conducta infantil.
Los colores no curan enfermedades, pero si contribuyen a que las personas se sientan mejor anímicamente.
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Liz Castellar / Colorista de artes aplicadas
