Sumérgete en el fascinante mundo del color explorando sus propiedades fundamentales: tono, luminosidad y saturación. En este artículo, desglosaremos cada una de estas características para comprender cómo influyen en la percepción visual y en el diseño creativo. Acompáñanos en este viaje hacia una comprensión más profunda del color y sus infinitas posibilidades.
EL TONO
El tono de un color es un atributo que se define por su nivel de cromatismo máximo, determinado por su longitud de onda. Cada color surge de ondas luminosas con longitudes específicas que los distinguen claramente. Este atributo identifica a todos los colores del espectro visible, como amarillo, azul, rojo, verde, naranja y violeta.
No debemos confundir tono con matiz. El matiz refleja las diversas variaciones de un color (tono) al mezclarse con otros colores en proporciones variables, sin perder su predominancia dentro de la combinación. Por ejemplo, los distintos matices de amarillo se crean al mezclar el color amarillo en diferentes proporciones con otros colores, manteniendo siempre su carácter distintivo en estas combinaciones.
La luminosidad
(también se le conoce como brillo o valor).
La luminosidad se refiere a la cantidad de blanco o negro presente en un color, determinando su claridad u oscuridad.
Cuanto mayor sea el porcentaje de blanco, más claro o luminoso será el color.
Mientras que un mayor porcentaje de negro lo oscurecerá.
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Liz Castellar
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